Aterrizo a estas horas después del fin de semana que he disfrutado en compañía de Óscar, familiares y amigos y de haber estado dos días sin internet.

El sábado, Óscar me dió una sorpresa que no olvidaré en la vida: me pidió que me casara con él y yo le dije, con la emoción que me invadia, que sí (en la foto aún se pueden apreciar mis ojos llorosos).

Óscar estuvo preparando durante dos meses (en los cuales yo no he sospechado ni lo más mínimo) el Master Plan y le ha salido que ni pintado. Para ver a lo que me refiero, podeis ver el video que grabó Óscar del antes y el después de la pedida.

A parte de este vídeo, están las fotos que ha hecho Fran y las que hizo el padre de Óscar. Y también queda para el recuerdo más íntimo el momento de la pedida. Nunca se me olvidará.